Resulta sorprendente como ha cambiado el panorama de la publicidad y el marketing en menos de 30 años.Donde antes solo habia sitio para los creativos ahora se abren las puertas para expertos del desarrollo web y los comunicadores con conocimiento de social media.
Las marcas ya no recurren solo al arte de la publicidad creativa, se busca mucho más el impacto directo y la reacción inmediata a golpe de un simple click. No es para menos si tenemos en cuenta las tendencias y nuevos hábitos de los consumidores que ahora prestan menos atención a su entorno donde por ejemplo, la publicidad exterior parece pasar desapercibida debido a que centran toda su atención y dedican gran parte de su tiempo a sus dispositivos móviles. Los nuevos hábitos y la tecnologia nos ofrecen la posibilidad de mantener un diálogo y una relación entre usuarios y marcas de forma permanente y continua.
Sin embargo, parece que la publicidad tradicional ya no es capaz de comunicar y ni retener sus mensajes en la mente del consumidor. Vemos un anuncio en plena calle, disfrutamos de su creatividad y originalidad pero si no hay nada más lo olvidamos de forma fácil.
Incluso la publicidad televisiva ha perdido el encanto de hace unas décadas, cuando todos aprendíamos sus canciones y grandes eslóganes. Y es que a pesar de que aún siguen apareciendo grandes anuncios, la gran mayoría de ellos pasan a la historia sin pena ni gloria. Incluso a veces tan solo minutos después de verlos, como sumergidos en una especie de alzheimer temporal, nos sentimos incapaces de recordar la marca o producto anunciado.Pero no se trata de excluir o marginar ni soportes, ni alternativas o disciplinas publicitarias. Se trata de aceptar los cambios de la evolución y de los tiempos. Se trata de adoptar la tecnología para aprovechar su potencial e innumerables ventajas. Se trata de llegar y estar donde están los consumidores. De aprovechar los nuevos medios y herramientas. Se trata al fin y al cabo de generar acciones que tenemos la certeza captarán la atención y generarán reacciones casi inmediatas.
El Marketing y la publicidad de corta distancia cobran fuerza. Engloban todas las acciones que se reproducen a escasos centímetros de nuestras miradas. Y por supuesto tienen lugar a través de la mágica ventana que nos conecta con ese universo paralelo denominado internet. Desde el escritorio o desde el móvil.
Es ley de vida. Podemos ver un claro ejemplo en el deterioro de la publicidad tradicional en medios impresos que ha descendido de forma dramática durante los últimos años para migrar hacia internet y los nuevos medios y soportes digitales poniendo en jaque a muchos grandes grupos editoriales. El motivo nos conduce de nuevo a la realidad, una realidad marcada por una crisis económica que exige abaratar todo sin importar las consecuencias. Un realidad rodeada de cambios, y donde tecnologia que hace posible los milagros, ya sean reales o sean virtuales. Ahora preferimos leer noticias online y navegar a través de nuestros tablets sin necesidad de humedecer nuestros dedos para pasar página.
Tampoco podemos olvidar la repercusión de las nuevas tecnologías móviles en los hábitos y procesos de compra de los consumidores. La publicidad tradicional no contaba con que llegara el día en el que los consumidores se volvieran menos impulsivos e inteligentes y no depositaran toda su confianza en los mensajes.
Quienes aún piensen que los anuncios de toda la vida aún sigue funcionando para fomentar el branding de una marca, les falta comprender que el mejor branding posible se alcanza si también permanecemos atentos y al lado del consumidor, escuchando realmente lo que necesita y aportando soluciones a sus problemas y necesidades a través del diálogo y las conversaciones y que para logralo es necesario utilizar los nuevos medios digitales y online.
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